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Análisis: La experiencia del streaming en vivo de Coldplay en los cines

Se trata de un nuevo mundo de sensaciones que merece ser analizado minuciosamente. Aquí te contamos todo lo que hay que saber.

La transmisión en vivo del concierto de Coldplay para 75 países en simultáneo marca la cancha y pone en evidencia el trabajo de la industria cinematográfica, que ya se viene desarrollando desde hace unos años, con el fin de ofrecer un nuevo servicio post-pandemia que merece ser analizado.

Durante este fin de semana decenas de miles de personas de todo el mundo hicieron fila en los cines para experimentar la apuesta más fuerte, hasta el momento, que ya es comercializado por la colosal industria del cine apostando al “todo o nada” en cuanto a la transmisión de conciertos en vivo proyectados en la pantalla grande.

Para ser sinceros, durante la etapa de promoción, había más incertidumbres que certezas, lo que demuestra que el éxito taquillero obtenido recientemente tuvo que ver con apuntar a que el consumidor compre la entrada impulsado por la novedad de vivir una nueva experiencia por primera vez.

Un exquisito plan de fin de semana, con todas las características propias de una aventura que pudo conquistar los principales objetivos en materia de marketing ligado a las nuevas formas de consumir información, en este caso de tipo audiovisual. Con el plus de que la transmisión en vivo desde el estadio de River Plate proyectado en más de 75 cines del mundo, compitió directamente con la cartelera de películas de terror favorecidas por la ultra conocida temporada de Halloween.

Es por eso que parte del equipo de Gusto a Rock conformado por comunicadores sociales y especialistas en nuevas tecnologías de la información y la comunicación nos hicimos un tiempo para vivir en primera persona el ‘Music of the Spheres: Live Broadcast from Buenos Aires’ de Coldplay y a modo de resumen informativo destacamos 10 puntos que son esenciales para ayudar a comprender este nuevo y prometedor servicio de streaming que apunta a convertirse en uno de los mayores éxitos de servicios audiovisuales post-pandemia.

La transmisión en vivo del concierto de Coldplay en los cines. 10 puntos para entender de qué se trata.

  1. Los boletos, entradas o tickets para acceder a la proyección de esta transmisión en vivo en los cines, en promedio, es un 75 u 85 por ciento más cara que una función convencional pero valió la pena. El consumidor entró con mucha incertidumbre y salió contento tras obtener más de lo que se esperaba.
  2. La transmisión estuvo dirigida por Paul Dugdale, un joven cineasta británico formado por (dejando de lado sus estudios universitarios) la más pura y maravillosa escuela del “cine independiente” que con años de trabajo a pulmón logró conseguir ser nominado a múltiples premios Grammy y recientemente ganador de los premios Emmy, BAFTA y DGA. Es uno de los principales directores de cultura pop del mundo, responsable de crear películas pioneras de conciertos, documentales musicales y eventos globales en vivo aclamados por la crítica.
  3. La transmisión estuvo a cargo de la empresa india INOX Leisure Ltd (INOX) destacada por ofrecer un trabajo preciso y prolijo, técnicamente hablando, que constantemente apuesta a la más avanzadas tecnologías en materia no solamente audiovisual sino también mediáticas y artísticas. El principal objetivo de esta empresa es que cada dólar, cada peso que se invierta en sus servicios se note sin dejar ninguna duda, y realmente lo están logrando en cada apuesta, en cada avance.
  4. El guión y la narrativa en tiempo real está pensada para que la banda interactúe constantemente con el público presente en el estadio y con el público presente en las salas de cine. El desarrollo del concierto está finamente pensado para que todos se sientan parte del momento sin importar las distancias.
  5. La calidad de imagen, las tomas y la tecnología empleada en conjunto logran transmitir algunas sensaciones fundamentales para lograr asimilar la magnitud del show que brinda la banda. El despliegue escénico de los miembros del grupo, los fuegos artificiales y los visuales que forman parte del arte del show van acompañados del lenguaje audiovisual. Por ejemplo: los fuegos artificiales son transmitidos por drones de última tecnología que acompañan el movimiento del juego de luces logrados con la pirotecnia.
  6. Casi no existen los errores técnicos de transmisión, los hubo, pero apenas duraron como máximo dos segundos y en dos oportunidades. La típica imagen congelada, que seguramente el equipo técnico ya se encuentra trabajando para achicar a cero el margen de error.
  7. En este caso, Chris Martin, cantante y líder de Coldplay se convierte en un conductor y nexo encargado de unir al público presente en el estadio con el público espectador que se encuentra en los cines. Se nota que no hay nada improvisado, todo está calculado por el director cineasta encargado de dirigir la transmisión. Este punto es fundamental para transmitirle confianza al consumidor que se encuentra experimentado, en tiempo real y a la distancia, el servicio de streaming en vivo por primera vez.
  8. En cuanto al sonido no se percibió un sonido envolvente, es decir, aquel que exige 6 altavoces: El central (C), frente al oyente; el izquierdo (L) y el derecho (R), en ángulos de 60º; el surround izquierdo (LS) y el surround derecho (RS) en ángulos de 100-120º; y un subwoofer. Se escuchó un sonido distribuido de manera tradicional (izquierdo, central y derecho). Tal vez varíe según la tecnología de cada cine.
  9. El horario del inicio de la transmisión se respeta a rajatabla de manera muy profesional. No se detectó ningún tipo de indicio que haga suponer de que el show está pre grabado. En todo momento se nota (sobre todo por los diálogos del cantante-conductor) que es en vivo y en directo.
  10. Este formato es digno de experimentar y a su vez se trata del puntapié inicial de lo que más adelante será parte del desarrollo del metaverso. Un mundo virtual al cual se accede con visores binoculares para llevar la presencialidad a otro plano más profundo cargada de sensaciones más complejas y placenteras. El camino está deliberadamente marcado y hacia allá vamos sin ninguna duda.