Cada día está más parecida físicamente a su padre, mantiene un perfil bajo en redes y se dedica al arte, su máxima pasión.
Frances Bean, la única hija de Kurt Cobain, líder de la icónica banda de grunge Nirvana, ha decidido mantener un perfil bajo en la vida pública, a pesar de la gran atención mediática que ha recibido desde su nacimiento en 1992.
Ahora, a sus 30 años, sigue optando por el anonimato mientras construye su carrera artística alejada del mundo del espectáculo.
La historia de Frances Bean Cobain está inevitablemente vinculada a la figura de su padre, quien se suicidó cuando ella tenía tan solo dos años. Desde entonces, la pequeña fue objeto de atención constante de los medios de comunicación, que buscaban capturar cada detalle de su vida.
A pesar de haber nacido en el seno de una de las familias más icónicas del rock, Frances Bean ha elegido no seguir los pasos de su padre en cuanto a la música. En su lugar, ha centrado su carrera en el mundo del arte, estudiando en la prestigiosa escuela de diseño Parsons en Nueva York y exhibiendo sus obras en galerías de todo el mundo.
En la era de las redes sociales, donde la privacidad es cada vez más difícil de conseguir, Frances Bean ha logrado mantener su vida personal lejos de los ojos del público. Aunque cuenta con un perfil en Instagram, donde comparte fotografías de sus trabajos artísticos, no se expone de manera excesiva ni da detalles sobre su vida privada.
